Tal y como se avanzó en exclusiva en este mismo blog, mañana por la noche habrá una fiesta en la discoteca Anaconda, de Barakaldo (Vizcaya), en la que hará acto de presencia don José Lamuño, que representa el papel de “Gorka” en la teleserie Hospital Central. Al parecer, este actor y modelo asturiano es muy querido por el público juvenil; no debe sorprender por tanto que los chavales acudan en masa a ver a sus ídolos. Sin embargo, lo que sorprende un poco es que el señor Lamuño no tiene previsto desarrollar ninguna representación teatral allí, ni va a cantar, ni va a llevar a cabo ningún espectáculo de ilusionismo o mimo, ni siquiera va a pinchar discos: el señor Lamuño, al que no tengo el gusto de conocer, va a personarse allí y aparentemente permanecerá ante un panel publicitario con el propósito de firmar autógrafos y de permitir que los jóvenes se saquen fotos a su lado. Es sorprendente todo esto porque es un ejemplo del cambio de hábitos entre el público; la gente joven no va al cine o al teatro (porque usa los medios cibernéticos para disfrutar de la cultura) pero sin embargo se congrega en una discoteca para ver de cerca (o incluso palpar) a un actor quieto, en posición de descanso. Se trata de una pura adoración nocturna, puesta en marcha con un ánimo evidente de presenciar la aparición de un ídolo.
Y, por lo menos, en este caso estamos hablando de un actor de televisión, que se gana la vida trabajando en un plató, aprendiéndose unos guiones y recitándolos tratando de no tropezarse con el mobiliario, pero es que me dicen que lo habitual es que a esas fiestas (como la de la discoteca Anaconda) acudan participantes de Gran Hermano y de otros reality shows, gente sin profesión conocida que sale por la tele tumbada en un sofá de una casa sin ventilación y hablando ininteligiblemente de cosas absurdas. La juventud admira a estos seres tendidos en un sofá porque quiere participar de esa inacción general. La juventud quiere dedicarse a salir en la tele tumbada en un sofá. Esto es así y no es de otra forma.
Por tanto, y desde ese punto de vista, el señor Lamuño es un profesional de la escena, y comparado con los de Gran Hermano es una especie de Laurence Olivier, un personaje perfectamente digno de admiración; así que, estimado lector, si su hija le dice hoy que quiere ir a Anaconda a ver en persona a José Lamuño, actor que hace de “Gorka” en Hospital Central, déjele ir, hombre, déjele, que el asunto podría ser peor.