Bárcenas y Rajoy

El escándalo de Bárcenas toma un nuevo color con la publicación de los sms entre este señor y el Presidente del Gobierno. Estos mensajes no tienen gran peso informativo y ofrecen muy pocos datos específicos, pero sí resultan ilustrativos en el plano de la afectividad. O sea, que gracias a los mensajes podemos ver que Rajoy y Bárcenas han tenido contacto periódico, y que se han tratado en un tono perfectamente cercano. Rajoy se ha cruzado mensajes con Bárcenas y con la mujer de Bárcenas, y les ha pedido calma en algún momento, y les ha transmitido confianza y tranquilidad.

La posición en la que queda el máximo responsable del Gobierno es muy complicada. Jurídicamente no sabemos si el señor Rajoy ha recibido sobres con dinero y, en el caso de que aparecieran los famosos recibís, tampoco sería fácil analizar su veracidad (en todo caso, recibir un sobre con dinero llamémosle negro y firmar un justificante de recepción del sobre parece una práctica enormemente absurda desde cualquier punto de vista).  Sin embargo, lo que sí ha trascendido ya es el tono de las relaciones Bárcenas-Rajoy, un tono sumamente cordial. Este tono es más elocuente que la información que aportan los mensajes, y hay quien insinúa que cosas como éstas calan perfectamente en la percepción de la opinión pública.

En España, el tono humano general tiene más peso que el dato frío y concreto. A lo largo de la historia hemos visto auténticas enormidades provocadas por causas más bien gaseosas, mientras que asuntos muy concretos de una gravedad indiscutible no transcienden con tanta fuerza por carecer de detalles pintorescos. Hoy tenemos ejemplos clarísimos de esto que estamos diciendo: el caso Bárcenas, el asunto Gürtel o lo de Urdangarín contienen elementos personales que arraigan entre el público, mientras que un caso como el de los ERE en Andalucía no adquiere el mismo relieve salvo cuando aparecen personajes como el chófer de la cocaína. De hecho, no se escuchan grandes voces que pidan la dimisión del Gobierno andaluz por lo de los EREs, cuando según varias fuentes el volumen de dinero público que presuntamente se ha distraído en el asunto de los ERES podría superar los 1.000 millones de euros, una cifra que pone en ridículo cualquier precedente y que es 26 veces superior a lo que en teoría tiene Bárcenas en Suiza.

Por tanto, podemos decir que en el caso Bárcenas hemos cruzado una línea importantísima, que es la línea de la dinámica personal del asunto. Por encima de los dineros concretos, tenemos hoy sobre la mesa los mensajes cariñosos entre el supuesto delincuente y el supuesto dirigente político (y digo supuesto porque no se le conocen grandes iniciativas de liderato). Ya estamos en el plano que más huella deja en la gente. Este tono que se ha desvelado está por encima de las cifras y provocará grandes revueltas generalizadas e incluso mociones de censura, mociones suscritas por los mismos partidos que supuestamente han desintegrado más de 1.000 millones de euros de las arcas de la autonomía andaluza. Pero ¿qué son 166.386 millones de pesetas al lado de la repugnante camaradería entre Bárcenas y Rajoy?

PS: Esto escribimos aquí hace ahora un año sobre los encierros de San Fermín.

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