En la próxima gala de la Academia del Cine se va a entregar un Goya de Honor al director y guionista Mariano Ozores. Este señor ha dirigido más de cien películas que todos los especialistas incluyen en el subgénero más o menos depauperado de la españolada. Este término se refiere a aquellas comedias realizadas a toda prisa, con unas limitaciones presupuestarias evidentes y con un humor eminentemente coyuntural. La españolada se basa en la observación de la realidad social, aunque suele ser una observación superficial y que se queda con detalles muy elementales, y además se desarrolla bajo unos parámetros humorísticos repetitivos y burdos, de brocha gorda. En este género, que ha sido el único género en el que el cine español ha dado dinero, Ozores fue el número uno.
Mariano Ozores forma parte de una saga de cómicos que han trabajado con gran éxito en todos los terrenos durante más de cien años. Los padres de Ozores fueron cómicos ambulantes y los hermanos de Ozores (José Luis y Antonio) fueron actores de mucha fama. La saga ha continuado con nuevos comediantes como Emma y como Adriana, que es un actriz de prestigio en la actual escena española. Mariano Ozores empezó a dirigir películas cuando sus hermanos ya eran famosos: su hermano José Luis, Peliche, fue un actor de mucha sensibilidad que intervino en películas de altura y que murió joven, víctima de una esclerosis; y su hermano Antonio ha sido un comediante fundamental en el teatro, el cine y la televisión de los últimos sesenta años. Según cuenta el propio Mariano en sus memorias, después de dirigir varias comedias decidió demostrar su valía en el drama serio y sesudo, y rodó en 1963 La Hora Incógnita, una mezcla inconcebible de drama psicológico y terror de ciencia ficción que no tuvo ningún éxito en taquilla y que provocó su ruina personal y la quiebra de su productora. A raíz de ese desastre, Ozores tomó la decisión de no apartarse ni un milímetro de la comedia chusca, en la que se desenvolvía como pez en el agua. Ozores empezó a encadenar cinco películas al año, todas rodadas casi simultáneamente, con un reparto de característicos del género (su hermano Antonio, López Vázquez, Gracita Morales, Alfredo Landa, Lina Morgan, Juanjo Menéndez o Antonio Garisa) y con unos guiones escritos utilizando patrones argumentales muy precarios. Ozores estrenaba comedias a toda velocidad, unas comedias que el público consumía de forma masiva.
Cuando murió Franco, el final de la censura provocó que en los cines empezaran a proliferar películas diferentes, con temáticas digamos intelectuales y/o con mayor carga de violencia o erotismo; este movimiento provocó la muerte de la españolada como género industrial de producción de películas. Ozores se adaptó al medio mostrando infinidad de desnudos femeninos injustificados y dando el protagonismo de sus comedias a Fernando Esteso y a Andrés Pajares, dos cómicos que habían triunfado en televisión. Ozores rodó nueve películas con Esteso y Pajares juntos más otra media docena con cada uno de los dos por separado. Y en este punto del camino me detengo porque tengo que hacer una confesión. Yo soy una persona llena de contradicciones, y en este sentido me gusta el cine más sesudo e intelectualoide y también me gustan mucho Esteso y Pajares, o al menos me gustan mucho las películas de Esteso y Pajares que dirigió Mariano Ozores y en las que también intervenían Antonio Ozores y Juanito Navarro. Esta combinación me provoca siempre una hilaridad que a veces llega a la asfixia. Esto lo confieso con relativa vergüenza y pidiendo disculpas a todos aquellos que se sientan ofendidos por este cine tan chapucero, sexista y atropellado. Comprendo la irritación de los espectadores más sensibles. Entiendo los motivos de esta irritación. Soy capaz de percibir todos los defectos de este cine, y toda la urgencia y el desaliño con el que se rodaba. Y dicho todo eso, resulta que cuando veo Los Bingueros, Agítese Antes de Usarla o Yo Hice a Roque III, me parto literalmente la caja, como dice la gente joven. Para mí, Esteso tenía muchos registros como actor, y Pajares era un genio de los matices, y Juanito Navarro ha sido el actor que mejor ha gritado y se ha cabreado en escena; en concreto, y lamentándolo mucho, yo creo que Antonio Ozores ha sido uno de los grandes genios cómicos del cine mundial, a la altura de Buster Keaton o de Harpo Marx. Si sale Antonio Ozores en pantalla, yo ya sonrío, y si abre la boca para decir algo, me sale la carcajada indefectible y garantizada.
Algunos críticos están quejándose de que se le dé a Mariano Ozores un Goya de Honor, y desde un punto de vista estético, o conceptual, o incluso moral, podemos entender los motivos de esta queja. Ahora bien: Mariano Ozores es casi seguro el director que más entradas ha vendido en la historia del cine español. Y tenemos que recordar que la producción cinematográfica es una actividad que consume muchos recursos humanos y técnicos y que, en consecuencia, resulta costosa. A diferencia del arte o la literatura, que son actividades más o menos individuales y de bajo coste económico, la producción del cine es cara y exige unas taquillas mínimas. Desde este punto de vista, la industria del cine ha sobrevivido en España gracias a personas como Ozores, con lo que, desde un punto de vista puramente industrial, de gremio fabril, no es mala idea darle un homenaje a sus 89 años.
Es decir, que el Goya de la industria es un reconocimiento justo. Y yo, que soy una persona de poco nivel, y que se parte la caja viendo las películas de Esteso y Pajares, me alegro.