Buenafuente

El cómico Andreu Buenafuente ha anunciado que este mes volverá a su franja horaria de la medianoche con un programa diario de esos que se conocen como Late Night Show. Este señor estuvo muchos años en antena (en varias cadenas) hasta que le pusieron en prime time (a las 22 h, para que nos entendamos), una franja horaria en la que por motivos desconocidos el presentador catalán se pegó un importante piñazo de audiencia, lo que llevó a la cancelación de su programa y a una especie de retiro personal de Buenafuente.

Cualquier persona con una estructura cerebral de mediano alcance puede darse cuenta de que, independientemente de las sensaciones que Buenafuente nos transmita y de lo bien o mal que nos caiga a título personal, este presentador es un profesional de una brillantez indiscutible. En España no ha habido nadie que domine este formato del Late Night Show (combinación de humor, entrevistas y música en vivo) como lo domina Andreu Buenafuente. En todos los aspectos, Buenafuente está dentro de unos niveles de excelencia imbatibles. Como monologuista, y en términos de regularidad, es el mejor de España; eso no se nota tanto en la agudeza de sus ocurrencias (dado que, en todo caso, son ocurrencias que proceden de un equipo de guionistas), sino en el altísimo tono medio, noche tras noche, y siempre sin pisar charcos de mal gusto. Buenafuente es además un entrevistador muy correcto y parece un gran aficionado a la música, lo que hace que lleve a sus programas a grupos muy celebrados que además tocan siempre en vivo (y esa exigencia de calidad musical provoca que la banda del programa sea también excelente).

Pero realmente la categoría de Buenafuente se puede comprobar en dos aspectos principales: en primer lugar, Buenafuente es un hombre graciosísimo que sin embargo está siempre dispuesto a ponerse en un segundo plano para que otra persona graciosa se luzca a su lado. Eso se nota no solamente con los invitados cómicos (ante los que Buenafuente se disfraza de payaso serio y les centra balones para que el invitado los remate), sino que también se nota con los colaboradores fijos, como han sido el Neng, el Chiquilicuatre, el Follonero o el famoso Berto, que cuando están con Buenafuente siempre resultan más graciosos que cuando van por libre. Esto demuestra que Buenafuente tiene inteligencia práctica, buen sentido y humildad, cosas que no han tenido muchos presentadores de este formato nocturno, presentadores que todos tenemos identificados y que han sido auténticos divos más bien fatuos y desagradables.

Y la segunda cualidad sobresaliente de Buenafuente la vemos cuando uno de sus chistes no funciona. Si de repente el público no se ríe, Buenafuente tiene unos conocimientos impresionantes del ritmo y de la acentuación correcta del chiste, y conoce cómo funcionan los mecanismos de la risa; con estos fundamentos es capaz de salvar cualquier mal chiste con gran donaire y de provocar la carcajada.

Hay que decir que estas dos cualidades (la generosidad frente a los colegas de profesión y el timing cómico) eran las cualidades que también sostenían a Johnny Carson, presentador estrella y rey del Late Night norteamericano durante treinta años, de quien Buenafuente parece haber hecho un estudio mimético impresionante. Alguien podrá decir que imitar a un estadounidense no tiene ningún mérito, pero creemos que Carson era un señor digno de copia, y además pensamos que estas cualidades que Buenafuente comparte con Johnny Carson no pueden aprenderse, porque se basan en la propia naturaleza y en la capacidad de improvisación.

Por último, debemos señalar que Buenafuente pertenece al poco numeroso grupo de presentadores televisivos que transmiten tranquilidad bajo cualquier circunstancia. En este grupo estarían también Jesús Vázquez, Jorge Javier Vázquez o Ramón García, aunque estos tres últimos suelen presentar programas opuestos a los que hace Buenafuente, como todo el mundo sabe. Pero todos tienen la capacidad de hacer programas en directo y que el espectador ni se entere de que es en directo, o que a ese espectador no le importe. Cuando Buenafuente está en pantalla, no nos preocupa que algo pueda ir mal porque sabemos que este señor aprovechará cualquier desajuste, error técnico o desarreglo puntual para hacer un gran chiste.

La vuelta de Buenafuente es, por todo esto, una buena noticia. No sabemos si tendrá unas grandes audiencias, pero sabemos que esas audiencias obtendrán de forma indefectible un producto de calidad y que se irán a la cama sonriendo, lo que es, sin duda, una buena manera de irse a la cama.

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