Ana Mato

El PP ha destituido a Jesús Sepúlveda, el ex marido de la ministra de Sanidad Ana Mato. Este hombre fue agasajado por los implicados en la llamada trama Gurtel con regalos y fiestas varias, y todo ello mientras estaba casado en gananciales con la hoy ministra. Según parece, la presencia de la ministra en ese matrimonio era puramente testimonial y esta buena señora viajaba en primera clase a cargo de la trama sin enterarse de quién pagaba la factura, cosa que, si nos la creemos, posiblemente le exonere de responsabilidad penal pero es seguro que le incapacita como ministra del Gobierno, puesto que la empanada con la que esta mujer iba y venía por la vida no parece presentable en el caso de un ministro (ni en el de cualquier otro profesional, por otra parte, incluyendo desde luego a las amas de casa, que por lo general conocen al detalle los ingresos familiares). Pero la señora Mato sigue al frente del ministerio y no está previsto su cese inmediato.

Por otra parte, la destitución de Jesús Sepúlveda, que se produjo ayer, no ha sido sencilla, puesto que todavía no ha salido nadie del PP a decir exactamente cuál era el cometido de este hombre dentro del organigrama del partido. Cuando no se sabe bien qué trabajo hace una persona es casi imposible expulsarle de ese trabajo inexistente. La semana pasada, el portavoz del partido, señor Floriano, dijo que el cese de Sepúlveda era complicado porque Sepúlveda era un «trabajador», con «sus derechos»; ayer la señora Cospedal dijo que Sepúlveda dejaba desde ese momento de «prestar sus servicios» al partido. Aún no sabemos qué tipo de servicios eran esos, y aunque a priori podría parecer fácil describir las funciones que un persona lleva a cabo dentro de una organización, a veces no lo es. Sepúlveda era un hombre de la casa y no sabemos nada más.

Intuimos que Sepúlveda era un señor con una muy buena relación con el ex presidente del Gobierno José María Aznar, y esta intuición viene inspirada por el hecho recién descubierto de que Sepúlveda y su ex mujer son los padrinos de un hijo de Aznar y porque Aznar y Botella son simultáneamente los padrinos de un hijo de Sepúlveda y Mato. Obviamente, estos padrinazgos no tienen por qué significar hoy en día nada en concreto; todos conocemos gente cuyos padrinos eran en su momento grandes amigos de sus padres y con los que ahora nadie tiene relación, debido a avatares de la vida que muchas veces están fuera de nuestro control. Las amistades van y vienen a lo largo de los años, y eventualmente surgen desconfianzas y malentendidos fatales; en este sentido, una buena política puede ser poner siempre como padrinos de nuestros hijos a miembros directos de nuestras familias, que puede que sean unos irresponsables pero que son y serán siempre nuestros irresponsables, por suerte o por desgracia. He ahí un consejo que desde este insignificante blog me permito sugerir. En todo caso, estoy seguro de que los intervinientes en estos padrinazgos cruzados han sacado sus propias conclusiones.

En definitiva, el hecho es que el cuadro completo de la situación (regalos desinteresados, ministras que no se enteran, amistades cercanas, funciones por especificar dentro del partido) constituye un panorama más bien fúnebre. La ventaja que tiene el señor Rajoy en este asunto es que el vodevil de Sepúlveda es un marrón minúsculo dentro del desaguisado general, y es un marrón que probablemente se diluya en la torrentera inmensa de problemas que van surgiendo. Por tanto, la ministra Mato seguirá al frente de sus obligaciones con la perspicacia y la intensidad que le es consustancial.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s