David Tejera, periodista que fue de Canal Plus y último novio conocido de Letizia Ortiz antes de ser princesa de Asturias, ha publicado una novela, y en plena promoción de su libro ha dicho que en su momento pudo decir la verdad sobre su relación con Letizia y “dejarla fatal, pero no lo hice».»Si contase las cosas que sé, dirían que soy rencoroso y no es verdad», ha dicho el periodista. Según la prensa, Tejera ha preferido mostrarse correcto y no entrar en detalles.
En efecto: las palabras del escritor Tejera son de una corrección y de una elegancia fuera de lo común. Este señor, al decir que no quiere contar la verdad de su ex porque la verdad dejaría mal a la princesa, demuestra que es un caballero, un hombre que es la quintaesencia de la discreción y del buen gusto. Decir lo que ha dicho es casi peor que dar detalles, puesto que la imaginación humana está fuera de control, y cuando uno escucha lo que ha dicho Tejera, uno tiende a imaginarse a la princesa como una bruja doméstica tremenda, con un carácter furibundo; una persona de difícil tratamiento humano en el mejor de los casos, cuando podría ser que el mayor problema real que tuviera esta señora fuese, por ejemplo, una suave manía por el orden o por la higiene perfectamente normal y corriente en cualquier persona con la que se convive. Hay defectos de nuestra pareja que nos obturan el campo visual y que nos ocultan la personalidad completa del cónyuge, y a veces tiene que venir un tercero para hacernos ver que, en conjunto, nuestra pareja está muy bien, incluso mejor que nosotros mismos. En el caso del señor Tejera, sus declaraciones son tan vidriosas que van a suponer carnaza para los antiletizistas más recalcitrantes, y esto lo digo como observador lejano, puesto que no soy nada parecido a un partidario o a un detractor de la princesa. Qué sabré yo.
El señor Tejera demuestra su distinción, además, en el hecho de que con estas declaraciones podemos afirmar que no hay prácticamente ninguna posibilidad de que este hombre esté aprovechándose de su relación con la princesa para usarla en la promoción de su nuevo libro, del cual en estos momentos sabemos pocas cosas puesto que la prensa ha extractado y publicitado sus palabras sobre Letizia y ha dejado fuera todo lo referente a ese libro de reciente publicación, incluido el título del mismo y los detalles de su edición, con lo que a priori podríamos deducir que mezclar a Letizia con la promoción de la novela puede resultar negativo porque consigue perfilar el relieve de Letizia y eliminar del panorama a la nueva novela. Anularla, vamos. Esto es lo que yo creo, aunque cualquier experto en marketing me dirá que eso es una estupidez completa, y que lo que hay que hacer es conseguir aparecer en internet y ser trending topic como sea, por el motivo que sea y a cualquier precio.
Es evidente que una persona que piense que una cierta discreción masculina es más positiva y noble que el aprovechamiento lenguaraz de una situación conyugal pasada es una persona que hoy resulta absurda. Hoy hay que liarla y vender artículos a quien haga falta, por tierra, mar o aire.