Miliki, el payaso, ha muerto. Cualquiera que tenga más de treinta años de edad sabe perfectamente quién era Miliki. A mi entender, Miliki tenía tres habilidades fundamentales, que cultivó con una voluntad enorme y a lo largo de seis décadas de carrera profesional.
En primer lugar, Miliki y sus hermanos fueron unos músicos de un talento insólito y definitivo. El cancionero creado por los Aragón, conocido por todos, es una colección de una calidad que no puede superarse, y está inscrito en el cerebro de aquellos que hemos sido niños en la época cenital del circo de RTVE. Los Aragón, como compositores e intérpretes de música infantil, tenían una aptitud para la orquestación, la armonía y y el dinamismo melódico absolutamente poco comunes. Las canciones de los Payasos de la Tele son clásicos absolutos e intemporales porque los hermanos Aragón se encargaron de otorgarles la calidad intemporal que hará que, dentro de cien años, la gente siga cantándolas sin saber de dónde vienen.
En segundo lugar, Miliki tuvo un instinto comercial muy moderno; vio desde el principio la potencialidad de la televisión, y siempre supo vender sus productos, ya fueran programas de televisión, libros, discos o cualquier otra cosa, vendiéndolos con empatía y sencillez. Miliki fue, sobre todo en la segunda mitad de su vida, un vendedor con un éxito impresionante.
En tercer lugar, Miliki fue un hombre muy gracioso. De entre los Payasos de la Tele, Miliki era la verdadera locomotora de la comedia. Miliki creó un personaje cómico devastador, que básicamente era un caradura en grado máximo y con diversos matices; Miliki generaba con su personaje cómico el caos general, y podía hacerse el tonto si al personaje le convenía, amparándose en su ligero estrabismo miope (con un talento espectacular para el silencio dramático, inspirado en Buster Keaton); o bien podía empezar a justificarse con una dialéctica surrealista de caradura redomado (en la tradición de Mario Moreno, «Cantinflas»). También tenía la capacidad destructiva y ácrata para la comedia física al estilo Harpo Marx; de hecho, y en realidad, Miliki en el escenario era un híbrido de los tres hermanos Marx. La gente recuerda de Miliki sus canciones y un cierto sentimentalismo, pero Miliki, en acción cómica, rodeado de sus hermanos, es muy probablemente el comediante número uno de la escena española del siglo XX. Incluso ya mayor, era un genio. Yo he tenido la suerte de ver actuar a Miliki hace unos quince años, en El Circo del Arte, y fui a verle con mi hermano pequeño, que por entonces tenía unos ocho años y que no conocía de nada a Miliki. Y allí me pasó una cosa curiosa: evidentemente, yo me reía a carcajada limpia, pero mi hermano de ocho años tuvo un ataque de risa de tal calibre que le entró el asma y tuve que sacarlo de allí contra su voluntad.
Miliki hizo su trabajo con una orientación concreta: trabajar siempre bajo la premisa del respeto. Miliki era un artista para niños que respetaba a los niños. Miliki no trataba a un niño como si fuera un adulto idiota, a diferencia de muchos entretenimientos infantiles actuales. Miliki hablaba a los niños desde la normalidad exigente y dentro de unos parámetros de calidad y excelencia completamente inauditos; así, conseguía además entretener a los adultos.
¿hablamos del mismo Miliki?. Na na niana na niana….
Ese canturreo magnífico ha pasado a la historia, igual que los gritos que le pegaba a Fernando Chinarro.
naci en el 67 tengo 50 y hasta hoy estoy conociendo de miliki y su interpretacion de la obra de miliki es estupenda me deja sin palabras explica todo , muhas gracias,